No se puede
marcar la lluvia,
ni señalar
con piedra o rama
la ráfaga
que nos pasó rozando.
Las gotas que
humedecen tu piel
se desdibujan antes
de señalar al norte.
Para
orientarse en la noche mejor escoger
un punto
fijo,
algo así
como una estrella.
No se puede
marcar la lluvia, no
con esa
doblez que uno hace
en la hoja
de un libro
para
localizar el poema que le conmueve,
sin embargo su
golpear
colma ese
verso
que te regresa.
5 comentarios:
La lluvia es unas cosas y otras no tanto, pero como manifestación del agua tiene un inmenso poder de penetración.
Saludos
La lluvia es ineludible. A veces te moja por fuera; a veces te llueve por dentro. Además la lluvia siempre es la misma aunque regrese a nosotros ataviada de distintos ropajes...
Bss, pequeña!
Debe ser porque la lluvia es una cosa que, inexorablemente, y como dijo Borgie, sucede en el pasado. Un abrazo.
Pero la lluvia sí puede marcarnos.
Nadie como tú para contar la lluvia, Vera. Me quedé atrapada en 'la ráfaga que nos pasó rozando', se me antoja como ese amor que a veces, por cosas de la vida, es pero no se queda, y no se le puede señalar ni marcar, simplemente guardarlo en la memoria como un viento (jeje, sí, estos días leo como barriendo para casa, habré de ir pronto hasta ahí para que sus vinos y sus risas me curen las nostalgias jijijii ;))
Bicazooo!!!
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