este pájaro incendiado
golpeando el suelo entre nosotros
a su impacto
se nos convulsan de cenizas los vientres
bosques en combustión
ignoramos cuál es del fuego la raíz
de qué costado sopla el viento que lo aviva
ignoramos cuál es del fuego la raíz
de qué costado sopla el viento que lo aviva
me inclino hacia ti
con la desesperación del animal que entre zarzas
ahonda la mordedura de la espina
esta sed
como una araña de infinitas patas
sobre mi boca
-la noche es fría
pero no dejo de pensar
en encajarme tu
desnudez
como un guante-
te inclinas hacia mí
fragante ola aliviando lo reseco
del labio
tembloroso rocío que sobre el pétalo
restituye al tallo su ternura