Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


viernes, 29 de noviembre de 2013

LO RESECO DEL LABIO



este pájaro incendiado
golpeando el suelo entre nosotros
a su impacto
se nos convulsan de cenizas los vientres
bosques en combustión
ignoramos cuál es del fuego la raíz
de qué costado sopla el viento que lo aviva

me inclino hacia ti

con la desesperación del animal que entre zarzas
ahonda la mordedura de la espina
esta sed
como una araña de infinitas patas
sobre mi boca

-la noche es fría
pero no dejo de pensar
en encajarme tu desnudez
como un guante-

te inclinas hacia mí

fragante ola aliviando lo reseco
del labio
tembloroso rocío que sobre el pétalo
restituye al tallo su ternura

12 comentarios:

lichazul dijo...

pura pasión , pura candela
y el final un remanso donde restituir fuerzas y revivir las brasas

bello bello , felicitaciones

besitos y feliz fin de semana

Maruja dijo...

Muy bello. Pura pación. Un beso.

Leo Mercado dijo...

esta sed
como una araña de patas infinitas
sobre mi boca


No hay metáfora más precisa que la de esos tres versos.

vera eikon dijo...

Tus lecturas siempre son atinadas, Elisa. Me pregunto por qué esa necesidad de amansar el torrente, ¿será alguna intención de empaparse de cada una de las corrientes que lo conforman? Gracias por tus palabras. Besos y que tengas lindos días...

vera eikon dijo...

Gracias Maruja. Un beso.

vera eikon dijo...

Curiosamente esa imagen vino a mí cuando el poema ya estaba hecho. Y sentí que tenía que meterlo aunque fuera con calzador, porque lo sintetizaba todo....Abrazo amigo

el maquinista ciego dijo...

...y en medio de tanta pasión, al final la ternura que todo lo une y restituye...me encanta la sensación de calma que deja el último verso, como si todo el poema se hubiese calcinado a sí mismo para dejar al final el suave aroma de las cenizas del ave ;))

Bicazo, linda!!

Darío dijo...

Tembloroso rocío, maná, salvación. Un abrazo.

Carmela dijo...

Fuego que sentimos dentro y que solo hay una manera de vivirlo, de avivarlo.
Hermoso, Vera.

Sandra Garrido dijo...

Vera, estás que ardes, y es que no hay nada como la carne para aliviarnos de la pesadez de los días.

la noche es fría
pero no dejo de pensar
en encajarme tu desnudez
como un guante-

Esa imagen, aiiiiiiiiiinnnsss, que me la quedo, como un guante quedó, con tanta fuerza que la vi.
Se acerca tanto, el todo a lo que siento.


biquiños guapa

Sarco Lange dijo...

Como muchas vidas en un solo poema, o como un solo poema no tan solo en esta vida.

Bs.

Amanecer Nocturno dijo...

Nos nutrimos entre el frío y las combustiones espontáneas.

Un poema para guardar, Vera.

Un beso.