
Malqueridismo: Dícese de
intensidades que surgen espontáneamente entre las personas, sin que sea preciso
un contacto previo, sin necesidad aparente, que no es producto de ninguna transacción
comercial ni deriva en ningún beneficio fiscal. El malqueridismo surge inicialmente en un
lugar tan pequeño que no tiene fronteras, y como la música se impone con el
roce. Lo cual no quiere decir que no pueda surgir en cualquier otra parte,
porque no olvidemos que los lugares relevantes están en realidad conformados
por personas. El malqueridismo no es como pueda deducirse por el propio vocablo
un “mal querer”, sino un querer ajeno a los convencionalismos, por lo tanto se
trata de un querer menos social y estético, pero más natural. Y aunque la intención de los
malqueridos no es procrear(entre nosotros al menos), inevitable es que nos propaguemos….
A todos los "malqueridos"...
Cuando bajan las luces
y una voz se impone sobre el tumulto
de cuerpos
pronunciando la alquímica fórmula
“LA BOTELLA”
nuestros lomos centelleantes
se arquean al unísono
El frío siega la noche
si pudiésemos extender las manos
las estrellas caerían mansamente
cual espigas
pero nos ancla al suelo
el tallo ígneo que crece en nuestros hígados
ramas del mismo árbol
así nos agitamos mientras con su hachazo el viento
ajusticia sin piedad a los estorninos
En esta franja estrecha
está permitido tocarse
por lo que siempre habrá hueco
para un cuerpo más
otro milímetro de desnudez en los ojos
un nuevo acto de amor fuera
del perímetro de la farola
y se me ocurre que si el mundo
se redujera a este pasillo alrededor de una barra
nos despojaríamos de nuestras diferencias
con el indolente gesto que nos descalza
y los pies irritados al fin podrían pacificarse
al tacto de la hierba
Indudablemente “LA BOTELLA” es también
la gravedad que desploma nuestros cuerpos
tras la noche de “malqueridismo”
esta última cuando regresaba a casa
junto a Paula
creí escuchar el canto de los pájaros
despidiéndola
La belleza nunca debería ser en vano
por lo que es preciso que siempre quede en pie
un insomne para atestiguarla
así que me despierto asumiendo mi rol
y lo inevitable que es
que el día avance restando las horas
para una noche de “malqueridismo”
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