Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


miércoles, 3 de agosto de 2011

LAS ENTRAÑAS DE UN FLORERO

Imagen: Daria Endresen*



Para Aka y no porque sea el hombre del que habla el poema, sino porque una de sus entradas le dio la forma definitiva(y este título tan curioso) Tal y como se indica en uno de los comentarios



Viniste
me agarraste las entrañas
Se agitan en la palma de tu mano

Nada soy sin ese amasijo de vísceras
que tú sostienes
victorioso
cara el sol
cual hecatombe festejada

Por tu muñeca
veo deslizarse mi sangre
lentamente
Los cuajos
Volutas de mi ser
desfigurado
Sólo una droga
que tú inhalas
para el propio goce

No participo
Sólo espero
con mis carnes abiertas
de par en par
Como aquel que espera
a la muerte bendecida
desparramado
sobre el campo de batalla
¿Quién registrará mis despojos
en busca de las monedas de oro?
Aquellas que deberían garantizarme
el plácido trasbordo al inframundo
el soborno del barquero

Yo era una mujer hecha de entrañas
hasta que tú llegaste
orgulloso
y altivo
como un cisne negro

Y esnifaste mi piel
Y vestiste mis cueros
Me arrancaste los cabellos
bellos
como la crin de los caballos
Ahora los veo flotando al aire
reducidos a un ornamento de tu túnica
Imprimiste una medalla con mi clítoris
Tu estandarte forjaste con mis senos
Te embriagas en mi flujo
todavía humeante
que escancias en el vientre
de una cantimplora

Mientras te alejas
te digo
“sólo un hombre vacío,
hueco,
inhóspito,
se lleva como trofeo
las entrañas de su mujer”

Pero enseguida callo
y me siento
y te veo ir

Ahora sólo tengo
las entrañas de un florero



*Sus imágenes me rompen. Son auténticos poemas visuales. A veces me gustaría experimentar ese dolor que veo en ellas para poder escribir unos versos que se acerquen a esa contundencia, a ese desgarro.....

martes, 2 de agosto de 2011

MASCARADA

Noite ritual: Urbano Lugris




Ven
Sacudiré de tu disfraz
el polvo del camino
y los fantasmas de la medianoche

Ven
Mira
Siente
este océano
todo tiznado de lluvia
En días como hoy
no puedo evitar preguntarme
dónde es que termina el cielo
dónde es que comienza el mar

Ven
Dancemos
Has de introducir
las manos en mi hollín
y pintar tu jeroglífico
sobre mis mejillas
Así daremos inicio
a esta mascarada de amarse

Pasos de baile
hasta el amanecer
en el salón en el que se desdibujan
las líneas de los cuerpos

El rímel cose mis párpados
A una orden mía
los rasgas con un puñal
para que pueda mirarte
Eres un socavón de luz en esta oscuridad
Un trazo de color en un lienzo muerto

Los jadeos desvirgan la noche
Una jauría de lobos
elevándose hasta la luna
Enséñame los nombres
de las constelaciones
O casi mejor
invéntatelos!!

Sólo te dejaré ir
cuando hayas salpicado
mi piel
con las estrellas
que llueven de tu sexo


Ven
Mira
Siente
el océano de mi cuerpo
todo tiznado de lluvia
En noches como estas
no puedes evitar preguntarte
dónde es que termina tu cielo
dónde es que comienza mi mar…

Te déjare ir
para que vuelvas
esta vez
como único disfraz
el polvo del camino






lunes, 1 de agosto de 2011

PASADO-PRESENTE-FUTURO


Joven mujer escribiendo (Pompeya)






I
Quisiera construir un poema
tan delicado
como el oblicuo parpadeo
sobre el verdor irisado
de aquellos ojos que amé
cuando era joven

II
Quisiera bordar versos
sobre el telar de la tarde
con la espuma
que cae de nuestros sexos
Y poner a navegar en su corriente
dos barquitos de papel
como dos cuerpos
que juntos
se dejan ir a la deriva

III
Quisiera esculpir sinalefas
tan redondas
como  la curvatura de esa boca
que jamás he de besar
Estrofas tan abruptas
como mordiscos
concretándose en la nada de sus labios

Y fabricar con ellas un cuerpo de palabras
tan compacto
que derribe los muros
que de él me separan
Y se deslice bajo sus sábanas
mientras él duerme

Cuerpo de palabras
que regresará a mí
con la lección de su tacto aprendida,
con la cartografía de sus países trazada
con la fragancia de su piel adherida

Y por fin dejaré de sentir
que de entre los tres
es el único forjado en hipótesis
Tan solo un hombre inventado

IV
El primer poema tendrá el cuerpo delicado de la nostalgia
El segundo poema tendrá el cuerpo rotundo del amor
Pero  para el tercero solo tengo un aullido de loba en la noche

Y eso no es un cuerpo
Apenas alcanza para un verso….


jueves, 28 de julio de 2011

TARDES BLANDAS

Imagen: Remedios Varo




Le pongo alas al silencio
para que se golpee
contra el cristal que nos envuelve
Una y otra vez

En el calor
todo es blando
Siempre extraño el frío
y sus aristas
Me gusta que se me claven los abrazos

Te miro en un plano corto
Desnudo eres un poliedro
Te invento nervaduras,
asimetrías
Designo los polos de tu cuerpo,
trazo meridianos,
empalmo la línea del ecuador

Extraigo la sombra de tus lunares
En ella me cobijo
del sol y del mar
De la muerte que acecha

Me embriago en tu rictus imperfecto
Eres mi escalera al infierno

Pero hoy todo es blando
y estamos solos
Yo y el silencio
dentro del cristal
Como un pájaro
que se tropieza 
Una y otra vez


Sé que el silencio
es el único grito
capaz de resquebrajarlo

Por eso lo empujo una  y otra vez
Y otra vez
Y otra vez
Hasta que el cristal se rompe

El aire me abate
Sabor de tempestad en la boca
La tarde es a bocajarro
El silencio sangra
En la noche auscultaré la herida

miércoles, 27 de julio de 2011

VACÍOS

Imagen: Leonora Carrington




           En ocasiones nos asedia un gran vacío....
            pienso que ese es el mayor enemigo de los hombres




Hoy
no existen más que gritos sin voz
en mi garganta

Mi párpado
no es más que una membrana
que envuelve un ojo de aire
Cada imagen se astilla en mis pestañas
y se aplasta contra el suelo,
con el seco bramido
de un animal
sacudido por una lanza

Mis pequeñas manos
son incapaces de asir la vida
y sus desmanes…
Los instantes se me resbalan
absortos
como olas en un mar

Sólo tengo
palabras caídas en un césped sintético,
descompuestas,
y con los vómitos al viento

Hay un pez
con un anzuelo en la boca
al que veo morir

Hay un niño 
al que se le ha quebrado la risa
que me pide que busque a su madre
de la que ya no recuerda ni el nombre

Hay un mártir 
que ha perdido su causa
y desde el resinoso cadalso
me pregunta por la sinrazón de su muerte

Y yo
que nunca he creído en nada
hoy
me reventaría el corazón
por devolverles la fe





martes, 26 de julio de 2011

YO TAMBIÉN FUI DORA CARRINGTON.....

.........a la manera de una derrochadora de letras


Study of a Woman, Reclining Dora Carrington





Sólo soy
una danzarina descalza
en la noche de cristales rotos

Una condenada pecadora

Penitente
Arrodillada
solicito a dios en mis oraciones
“Un solo gesto de amor…
Sólo eso”


Construyo un rosario
con mi piel a tiras
Me arranco palabras como cuajos:
Epítetos lactantes
amamantados por sustantivos
con las ubres agrias

A dios debe amargarle mi leche…

Pero
¿acaso no son los débiles,
los afligidos,
los corrompidos,
los estériles,
los condenados,
los más dignos de amor?

Para ser digna
he cerrado mi sexo a cal y canto
Aun así,
cada noche,
siento sus uñas arañando
la tapa de mi ataúd,
infatigable

Incapaz de dormir
el sueño de los justos
permanezco en mi lecho
entumecida,
consagrada,
desterrada...

lunes, 25 de julio de 2011

UN PRINCIPIO

Adoro esa película. El texto podría ser simplemente una excusa....




Estaba el Amor sentado en un banco. Llevaba la cabeza cubierta con un bombín, y sus temblorosas manos no paraban de jugar con el pomo de su bastón. De vez en cuando sacaba el reloj del bolsillo de su chaleco, e impaciente comprobaba la hora. Se sentía desentrenado. Tenía la molesta sensación de que aquella gente que pasaba por delante suya, y lo veía sentado en aquel banco, lo miraba con el escaso interés que en aquella época despertaban las formas anacrónicas, o los elementos fuera de lugar. En aquellos tiempos avanzados, en una sociedad en la que el fracaso se consideraba algo punible, un obstáculo manifiesto al progreso, y a la supervivencia de la especie, el concepto de amor romántico había sido aniquilado. Los emparejamientos eran programados, para que su único destino final fuera el éxito. No se podía permitir que las emociones, e incompatibilidades entre la pareja lastrasen el futuro de la familia. Los emparejamientos fallidos constituían una tara y un boicot al sistema. Ahora todo se había simplificado. A base de exhaustivos análisis genéticos y neurológicos, uno podía encontrar fácilmente a su alma gemela. Claro está que se habían  extirpado el romance, y la aventura de la conquista. Pero por otro lado también se había acabado con el desamor, el desengaño, y el dolor de la ruptura. El sistema había resultado ser infalible. Apenas existía un cinco por cien de fracasos, y éstos en personas previamente desequilibradas, con escasa empatía, incapaces de establecer vínculos permanentes con los otros.

Por todo esto el Amor se sentía desentrenado. Todos los días se dirigía sin esperanzas a la oficina de empleo, en busca de una ocupación adecuada para él. Ya no existían corazones solitarios, ni expectantes, ni soñadores…Era algo insólito que alguien llegara a la adolescencia sin que le hubieran asignado a su media naranja. Las bases de datos bullían en constante búsqueda de coincidencias. A veces sucedían pequeños imprevistos, como que el resultado final emparejase a dos personas con una gran diferencia de edad, o del mismo sexo (esta última circunstancia era muy contraria a la finalidad última del sistema, que no era otra cosa que la supervivencia de la especie, y del sistema social imperante). Los científicos no se explicaban porque a veces se producían  estas incoherencias en un método con tan alto grado de fiabilidad, pero afortunadamente siempre existían más opciones de emparejamiento para eses individuos. Se les recetaban fármacos y complementos hormonales -aparte de realizárseles un  férreo seguimiento- para evitar las asperezas y los conflictos que pudiesen derivar de unos caracteres “no al 100% compatibles”.
El caso es que aquella mañana el Amor había recibido un chivatazo de su colega el Destino, cuando se habían encontrado en la cola que se formaba cada día ante la oficina de empleo. Le comentó que hacía días que se venía apercibiendo de una incongruencia en el continuo espacio-tiempo. La irrupción de uno de aquellos acontecimientos a los que antiguamente se solía denominar como “efectos mariposa”. Concepto inexistente en la actualidad, donde cada paso, cada decisión, cada aliento, era concienzudamente programado de antemano para que nunca derivasen en un obstáculo para el sistema. Como Destino que era, sabía de buena fuente que el amor era la esencia de aquel acontecimiento. Por lo que le advirtió estuviera preparado y atento, no fuera a ser que estuviera tan desentrenado que dejara escapar esta oportunidad. Según el Destino, el acontecimiento tendría lugar a lo largo de ese día, en aquel parque, en el que el Amor esperaba.

Era domingo, y las parejas proliferaban sobre la hierba paciente. Todas tenían en sus rostros aquella apariencia cómoda, satisfecha, y-para ojos inexpertos-casi feliz. Sin embargo para él no eran más que rostros vacíos, a los que se les habían sustraído los rasgos del arrobamiento y el éxtasis, con los que solían vestirse ante el milagro del amor. Faltaba el ensueño, y el elemento animal, pasional, irracional…Y sí, lo tenía claro, él siempre se había considerado un sentimiento irracional. Puro milagro. Ahora se sentía rebajado a un nivel de cotidianeidad que consideraba insultante. Sí, la mayoría de la gente se emparejaba, casi en su totalidad de forma permanente, pero él lo sabía, a pesar de lo que manifestase el sistema, el mundo podía ser un lugar más lógico, pero era un lugar carente de amor. Chasqueaba la lengua y movía su cabeza de lado a lado, negativamente. Aquel era un mundo del que se había descartado el elemento humano. Y él se consideraba el más humano de todos los conceptos.
En el cielo comenzaron a agruparse las nubes, formando corrillo. Venían con los lomos pintados de gris. Le pareció un buen síntoma, puesto que los efectos mariposa solían venir acompañados de revoltosas circunstancias meteorológicas. De pronto la vio. Enfrente, sentada en un banco, rodeada de papeles amontonados, había una joven que escribía frenéticamente. No podía verle el rostro, porque los largos cabellos le caían sobre él, a modo de velo. Las líneas de su cuerpo parecían quebradizas, como si se fueran a desvanecer al tacto de una mano. Pensó que estaba toda hecha de espuma. De pronto comenzó a llover, y los folios que rodeaban a la joven alzaron el vuelo. Ésta se levantó y corrió desesperanzada detrás de ellos. De pronto el Amor sintió un vértigo, y se supo perdido, extraviado. Y perdió la conciencia….

Un joven salió de entre las sombras, y comenzó a correr, él también, tras los folios que se desperdigaban. Pronto el parque estuvo vacío, sólo se podía ver la figura de aquellos dos jóvenes que descoordinados se movían sobre el césped, con sus ropas empapadas. De pronto ella se paró bajo la lluvia, y miraba fijamente aquellas hojas con manchones de tinta. Él se le acercó, silencioso, se metió los folios debajo de la cazadora, por si hubiera alguno que aun pudiera salvarse. Ahora estaba enfrente de ella, que por fin se había apartado los cabellos del rostro, en el que destacaban dos ojos grandes, verdes, titilantes de sueños, y de lágrimas.
-No llores-dijo él-. Quizás no todo esté perdido.
-Y tú ¿quién eres?-contestó ella recelosamente
-Alguien que observa cómo vienes aquí, a escribir, cada tarde.
El rostro de ella se destensó.
-Quizás tengas razón, y no todo esté perdido…-contestó.
Comenzaron a caminar, juntos, despacio, bajo la lluvia. Ella no paraba de mirarse las manos que sostenían aquel zafarrancho de papeles arrugados. Él, tenía los brazos en torno al pecho, protegiendo aquellos pocos folios que había rescatado. Si al menos uno sólo se conservara intacto….-pensaba.
Se dirigieron a la marquesina de los músicos y allí se limitaron a contemplar como el agua caía. En silencio. Quizás fuera a causa de la lluvia, pero podían sentir como un campo magnético se forjaba a su alrededor. Aquel silencio los cercaba, como si fuera un abrazo, envolviéndolos. Ella sentía su respiración, su aliento caliente, sobre sus cabellos mojados. Él podía olerlos, permanecía clavado en aquella humedad. Soñaba con meterlos en su boca, lamerlos, secarlos a besos. Pero nada decía. El cuerpo de ella parecía pequeño, liviano. Temería destruirlo con sus brazos, con su peso. Sin embargo se la imaginaba maleable como una duna. Quería enterrarse en ella. Asfixiarse la boca con su arena. Pero nadie decía nada. La lluvia se incrustaba contra el hierro forjado de la marquesina, como si fuera música. La joven se balanceaba ligeramente, y se imaginaba que él la tomaba, y bailaban, bailaban, bailaban….con la misma cadencia de la lluvia. Ni siquiera sabían sus nombres. Sin embargo se imaginaba bailando con el joven sin nombre. Pero dejó de llover y aquel campo magnético que los había mantenido inmóviles pareció desvanecerse, como si sólo hubiese sido un obstáculo creado por su imaginación. Ella comenzó a caminar, alejándose, como quien va a la deriva, y no puede evitarlo. Él la tomó por el hombro y susurró: Espera…Se volvió y vio como él se abría la cazadora, y extraía un montón de folios arrugados. Se los ofreció, y ella comenzó a examinarlos, con ansiedad. Por fin halló uno en el que la tinta permanecía intacta. Se le llenó la boca con una sonrisa.
-Este es el principio. Justo lo que necesitaba. A veces-le dijo entusiasmada- lo más difícil es encontrar un principio. Afortunadamente, gracias a ti, no se ha perdido.
-Entonces ¿volverás? ¿Mañana volverás a escribir a este parque..?- preguntó titubeante.
-¡Sí!-exclamó. Entonces cogió el folio, y doblándolo lo introdujo bajo su camiseta, allí donde su corazón, y se alejó, mientras el joven la observaba, hasta que su silueta acabó por perderse en la lejanía. Al llegar a casa, sacó el folio. Lo desdobló y lo colocó cuidadosamente sobre la mesa. Comenzó a pasar a limpio….

“Estaba el Amor sentado en un banco. Llevaba la cabeza cubierta con un bombín, y sus temblorosas manos no paraban de jugar con el pomo de su bastón. De vez en cuando sacaba el reloj del bolsillo de su chaleco e impaciente comprobaba la hora….”