Cartel de la película Agua tibia bajo un puente rojo
Mis entrañas se hacen agua
cuando me acuerdo de nosotros
Como en aquella película japonesa
“Agua tibia bajo un puente rojo”
Mientras me hago la manicura
(ejem)
contemplo en éxtasis
como se desliza el regato
que brota humeante por entre mis piernas
En su camino se abren las flores
Esparce esquirlas de sol sobre la hierba
Viste los campos de nueva primavera
Y en él se detienen a enjuagar sus picos las aves
Y su sed
En ese océano que conforman mis aguas
hemos sido buceadores
violentas bestias submarinas
estrellas de los cielos arrojadas al mar
cuando la noche se sacude entre sueños
Nos hemos sentido ligeros
cuanto más nos atraía la gravedad
Hemos engullido la carne del otro
durante el ayuno prolongado de cuaresma
Tu decías ser Moisés
huyendo de los egipcios
Y con tu cayado lograste
que tu pueblo penetrara sin víctimas
el mar vivo de mis aguas
Ahora como la biblia escribe
tocan años de larga travesía por el desierto
Entretanto yo espero en mi jardín
mientras me hago la manicura
y contemplo en éxtasis
como el agua tibia que corre entre mis piernas
cual río revuelto
se desliza hasta atravesar el límite del puente rojo
Para encarar esa hermosa utopía
de inundar el desierto con mis océanos