Mujeres Haitianas de Paul Gauguin
Dame una palabra
para mi cuenco vacío
-te dije.
DESOLADOR
-contestaste.
Y vi un paisaje agreste
en el envés de tus párpados
Y reconocí un llanto seco
en el tañer de tu campana
Me fui descalza
en busca del mar
Pasados unos días
lo traje para ti
Con cautela
Rebosando mi cuenco
Dejando a mi paso
una estela de gotas
Creí que éste era
un cuenco de palabras
un cuenco de palabras
-dijiste-
Has de saber
que lo que define el destino del cuenco
no es su uso
sino aquello que lo colma
-contesté
En ese preciso momento
un único rayo de luz
partió la superficie del agua
Y vi un paisaje de estrellas
en el envés de tus párpados
Y reconocí una canción de verano
en el tañer de tu campana
Y aquella noche
nos colmamos
en los brazos del otro