Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


martes, 25 de febrero de 2014

ESTAMPA III



el corazón del frío es transparente

nadie puede ubicarlo
ni asirlo

el corazón del frío se embravece

¿quién detendrá a las olas
con sus cañones apuntando?

aunque la lluvia es un escudo
que nos crece sobre el pecho
el cielo regresa lisiado
cada vez

las hojas se amontonan cadenciosas
en el gozo de su infidelidad al árbol

9 comentarios:

Julio Alcalá Neches dijo...

Como los días se amontonan cadenciosos e infieles a nuestra vida.
Besos.

Anónimo dijo...

¡Ay, corazón de escarcha y hielo! No me granices.

lichazul dijo...

sí Vera , así es !!!
tal cual
esos corazones son muy difíciles de asirlos, pero quien da con él por suerte del destino, se hace inolvidable
un regalo inmenso

besitos y buena jornada

alba dijo...

el cielo lisiado, sí, como todas las pieles...

abrazo, linda

Leo Mercado dijo...

La lluvia es la herida más lacerante de todas.

Darío dijo...

Como dice Mercado, la lluvia es la herida, de esa debilidad, seguro, la transformamos en escudo... (o nos dejamos). Un abrazo

Anónimo dijo...

Bonitos versos.

Amanecer Nocturno dijo...

Por eso no encontraba mi corazón. Qué maravilla, Vera...

Abrazos.

Carmela dijo...

Trasparente e inasible, pero lacerante...
Hermoso, Bera.

Besos.