Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


jueves, 24 de octubre de 2013

EL CUERPO QUE ES ESCUCHA




tu mirada impenetrable de diamante
a través de ella pasa la luz
no la ráfaga
y la conmoción se encapsula en tu carne
como hambre que desde adentro
acomoda la tumba del indigente

allí donde estés repara en los perros
que ladran a la noche
enfrenta a la luna
de severo rostro
siente ese hilo que se tensa
en torno a ti

el cuerpo que es escucha
desconoce la intemperie
la inquisición del semejante
deshonor en su derrota

es campo roturado
al amparo de la flor extraviada
la altitud que precisa la lluvia
para cuajar las manos de nieve

no requiere ni casa ni posesiones
porque el cuerpo que es escucha
se porta a si mismo
como piedra del hogar

14 comentarios:

el maquinista ciego dijo...

Ay, Vera, qué hermosura...
El ser escucha y hogar en nosotros mismos será una de esas supremas victorias a las que podamos llegar a aspirar. No porque haya terribles derrotas en la otra orilla, que todo es vida, sino por la simple suerte de ganar tan maravillosa identidad.
Quién pudiera! no llegar a serlo, que eso es bien sencillo si nos atrevemos a la desnudez y la empatía, sino atrevernos a dar ese paso hacia dentro..

Bicosss enormes y una sonrisa aún mayor ;))

David Mariné dijo...

precioso Vera.
el rumor de mi cuerpo es un vasto silencio, otras una carcajada sonora, otras la temeridad y también un maleficio esquizofrénico, pero nunca la hermosura de tu poema....qué pena.
bicos.

Darío dijo...

Mi cuerpo es tan frágil Apenas si escucha lo vulgar o ve lo superficial. Apenas si distingue liso de áspero.
Un abrazo.

vera eikon dijo...

El paso hacia dentro sin el que no podemos dar alcance a lo de fuera(o quizás sea lo de fuera lo que nos alcanza, pues en estos casos no importa el sentido del movimiento). Pero creo que es más fácil escribirlo, poetizarlo, que darlo. en eso estamos, mi querido Maquinista, y en eso gente como usted nos acompaña. Abrazo de palabra y corazón hasta muy pronto...

vera eikon dijo...

Sí, David, yo también vivo en continua contradicción, imaginarse y pensarse es mucho más sencillo que ser. A veces nos arrimamos al poema con la esperanza de filtrarnos de él...Biquiños!

vera eikon dijo...

Apenas???....Abrazo, Darío.

Leo Mercado dijo...

Muchas veces ignoro cuál es el artefacto con el que aprehendemos el mundo, Vera.
Yo te leo. Simplemente te leo y todo pareciera tan fácil...
Besos.

Sarco Lange dijo...

El cuerpo es el sabio más torpe del universo, grita y se calla, sube queriendo bajar. Después abrimos puertas y desafiamos los espejos, Vera...

alba dijo...

Será que es domingo, el cambio horario, que estoy cansada... así que no me lo tengas en cuenta, miña vagalume. Te he leído y ahora no dejo de pensar en un corazón rojísimo con orejas. :)

vera eikon dijo...

En cierto modo, Leo, el escribir es aproximar eso que día a día parece tan lejos....Abrazo!

vera eikon dijo...

En sí un signo de la contradicción humana...Bico, Sarco.

vera eikon dijo...

ay.......miña Alba...

Amanecer Nocturno dijo...

El cuerpo que es escucha quizá siempre lleve la casa consigo, como las tortugas.

Un abrazo, Vera.

lichazul dijo...

a veces basta con escuchar al cuerpo y enderezar el norte
pero el ambiente siempre nos tuerce el eco

precioso , un poema redondo
felicitaciones

otro abrazo