Mujer, paño
diáfano
cubriendo lo embrutecido del hombre,
la piel dispuesta en un cuenco
de postular amor.
cubriendo lo embrutecido del hombre,
la piel dispuesta en un cuenco
de postular amor.
Tu sexo, estigma
abierto en el costado
de Cristo, precipicio
de Cristo, precipicio
desde el que despeñarnos
al viento.
Fosa común,
se te van hacinando los cadáveres,
se te van hacinando los cadáveres,
exhausta de
sostener a este que te cruza
como el revés de la noche.
como el revés de la noche.
11 comentarios:
exhaustas de sostener la cruz (eso leí automáticamente) y pensé: las cruces hay que dejarlas al fondo del mar. que de mártires no se hace la historia de las mujeres, verdad? se hace quizás hacinando cadáveres, como decis...
besos, muy bonito poema :)
Un bello poema Vera.
Un beso grande.
Por lo que dice Lila y por el poema, ha de ser por eso, por esa lectura particular (y automática) que hizo de esa frase, me vino a la cabeza lo que ella posteó ayer, todos esos hombres en su cama. Que pueden ser cadáveres. O lo "no bruto" que resiste entre las sabanas.
Creo que estoy embolado.
Un abrazo.
Creo que un poco tiene que ver con Los Hechos y los Mitos, de Simone de Beauvior. Y la necesidad de las mujeres de ser simplemente mujeres. Ni diosas, ni madres, ni concubinas....Gracias por leer, Lila. Bicos bicos
Otro beso para ti, Maruja, y feliz semana!!
Caer a la mujer como desandando el camino del nacimiento.Quizás demasiado para simples humanas...Abrazo, Darío.
Noche, sexo y poesía. De lo contrario qué, Vera...
No puedo más que someterme al verdad absoluta de saberme autralophitecus, frente a la perfección de la mujer, del poema.
Besos.
Mujer en cruz. Tenemos un lastre, que me parece que nunca nos quitaremos de encima.
Besos
Vera... si volviera a nacer, sería siempre mujer, una y otra vez. Y éste poema debería ser la misa del bautismo, con o sin iglesia.
Besos.
Ay Vera que maravilla...me he quedado atónita y en mi propia tiniebla me reconozco en tu poema.
Besos
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