Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


martes, 25 de febrero de 2014

ESTAMPA III



el corazón del frío es transparente

nadie puede ubicarlo
ni asirlo

el corazón del frío se embravece

¿quién detendrá a las olas
con sus cañones apuntando?

aunque la lluvia es un escudo
que nos crece sobre el pecho
el cielo regresa lisiado
cada vez

las hojas se amontonan cadenciosas
en el gozo de su infidelidad al árbol

lunes, 17 de febrero de 2014

SOBRE OLVIDOS



todo cuerpo claudica en el silencio
todo rostro se vuelve hacia la noche
la piel más luminosa engullida
por las fauces abiertas
de lo oscuro

ningún puño puede conservar la nieve
pero la palma resguarda
el tacto del frío

que nadie subestime el poder
de lo olvidado

lunes, 10 de febrero de 2014

ESTAMPA II



quién dicta la voluntad del pájaro
el viento
el ala
el otoño
pero quién dicta la voluntad del cielo
colmado de pájaros vibrantes

enjaulado entre sus alas
al batirse lo tornan
en caja de música

viernes, 31 de enero de 2014

FRAGILIDAD



El lugar donde cielo y mar se tocan
es temblor
aproximación de dos
fantasmas

Cielo y mar se tocan
y mi corazón
escoge la rama más alta del árbol
para ahorcarse

lunes, 27 de enero de 2014

CANTO DEL CISNE



he acariciado el infierno
en tu pubis

en él he conocido la embriaguez
el extravío

he radiografiado al ángel

me he encaramado a tu pubis
como al faro del fin del mundo
y desde el ventanal he visto
la infinitud que rebosa el grano de arena

nos decimos discípulos de dios
cuando somos discípulos del mar

batiéndonos unos contra otros
como olas

he peregrinado a tu pubis
para corroborar mi liquidez
pues es insuficiente la lágrima
el orín
la exudación en el poema

ni siquiera menstruar
como cuchillo abriéndose paso
inversamente en la carne

nos concilia con nuestra restitución a la tierra

una sombra se cierne sobre los amantes
como hoja amenazando el blanco cuello
desde el cadalso de tu pubis
mi cuello se ofrece
alto alto

jueves, 23 de enero de 2014

ESTAMPA

Fotografías de CC RIDER





Durante las tardes de lluvia
sólo el viento se sienta en el columpio olvidado
mas el viento, como los muertos, no tiene sombra
ni piececillos que arremetan contra el cielo,
aunque el viento sea, sencillamente,
cielo acaecido.