Tairin Loire
Cuando creemos despegar hacia la vida
sin aventurar límites
en el cielo abierto ante los ojos,
en el cielo abierto ante los ojos,
nos ocurre como al pájaro
y la propulsión del vuelo se reduce al bocajarro,
muesca de sangre y plumas
sobre el cristal no advertido
de una ventana.
muesca de sangre y plumas
sobre el cristal no advertido
de una ventana.
Sólo en aquellos que abren sus alas
puede dios tributar al hombre
su sacrificio
de ángeles caídos.
de ángeles caídos.