Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


viernes, 2 de mayo de 2014

SOBRE LO INTRANSFERIBLE



Un nido adentro
el silencio
cabaña hecha con ramas de transparencia
por manitas de niño
piedra de un hogar que transportamos
desde la infancia
por todas nuestras edades
tal y como hacían las mujeres
en los clanes nómadas

Quisiera pasarlo de mi regazo al tuyo
pero volátil como el cuerpo de la nieve
se evapora al roce
compartirlo igual que pan
y observar tu dedo jugando sobre el mantel
con sus migajas
reencontrarlo como al perro
que a hurtadillas alimentábamos
por debajo de la mesa

En el extravío
empuño mi silencio
como a un faro
o el cielo a la estrella del norte

¿de qué costado mana el viento
que aviva su lumbre?

martes, 22 de abril de 2014

PERSECUCIÓN



Articular lo callado
al espíritu que habla con la voz de la nieve
pasos sobre copos que se acumulan exactos
huellas que apuntalan la luz
el temblor
las esquinas del sueño

martes, 1 de abril de 2014

SOBRE LA INSIGNIFICANCIA DE LA FLOR



La flor, pequeña y sin culpa, se abre desde cada una de tus muertes. Tan exigua, sus raíces te zanjan silenciosamente, se sustentan de esqueletos anónimos, sus hojas se jalean bajo la lluvia fortuita. Los delicados pétalos violentan tu piel, y tu corazón rota hacia arriba como el de una gestante. Es la aleta plateada desplazando masas de océano. Insignificante gota que de la nube resbala para lavar el aire. La flor no sabe de soledad aunque nazca sola. Eres tú quien apuntala un desierto alrededor, la flor simplemente se dirime. De entre lo vivo sólo el hombre es la discordia: la flor no disputa a otras flores los rayos de sol, naturalmente se orienta hacia él. Y aunque florezcan apelotonadas en el mismo parterre, sombra o luz no serán destino, sino mera contingencia. Sólo el hombre se aferra a la franja de tierra que lo vio nacer, a pesar de su evidente carencia de raíces. Pero cuando la flor se marchite no será sobre la humanidad que se apoyará el rocío.           

martes, 25 de marzo de 2014

DE LO QUE SUCEDE AL OTRO LADO DE MI VENTANA



Y el árbol engulló al pájaro. El árbol agitándose con la violencia del océano, o la angustia de un fantasma. Vi al pájaro acercándose con curiosidad al árbol. O quizás quería consolarlo. Y entonces ya no lo vi más. El árbol se lo apropió con el gesto ágil con el que la serpiente se hace con otra de sus víctimas. Y entonces el árbol se calmó, como si estuviera haciendo la digestión del pájaro, o como si el pájaro fuera no más que un sacrificio a su violencia. Me pregunté si nunca vence la docilidad, si para que un pájaro consuele los vientos del árbol debe dejarse engullir. Me imaginé los frágiles huesecillos del pájaro entre las ramas del árbol. La experiencia voluptuosa de aplastarlos, su blancura. Si en la noche de lenta digestión la luna se asomaría para hacerlos brillar. Si el árbol, como el cocodrilo, en algún momento lloraría a su víctima.

viernes, 21 de marzo de 2014

AUTOBIOGRAFÍAS



Mi madre tiene una cicatriz en el riñón
en el lugar que me sirvió de apoyo
mientras me gestaba.
Quizás al apoyarme sobre aquel riñón su corazón se
escuchaba más cerca,
quizás también sobre aquel riñón tuve 
mi primer sueño,
quizás me refugié en aquel riñón
porque de reojo vislumbré la primera claridad 
acechándome
y la sombra de aquel riñón me resguardó de su intemperie.
O quizás su matriz era demasiado estrecha
y la cicatriz de su riñón la produjo el hachazo
de mis alas.
Puede que por eso escribamos
porque el espacio bajo nuestros pies
nos viene estrecho
y nuestras alas no cesan de agitarse talando
cicatrices en los riñones
y un dolor que se repite cada invierno.

lunes, 17 de marzo de 2014

SEDIMENTOS



Acariciarnos es
arrojar una piedra a la
superficie bruñida de un lago,
el espasmo en clamorosos círculos,
para que al final sólo quede
el silencioso guijarro
soñando en el fondo.