Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


jueves, 30 de agosto de 2012

SOBRE EL POEMA. BREVES




Breve inciso: No sé si albergo alguna intención al escribir, pero al mirar las fotografías de Sophie Thouvenin siento que ese es el poema que yo querría...






Cavarle un hoyo al poema
y morirlo
Para resucitar
un solo verso basta







 
Contingencia de palabras,
al amor del viento
la voz que me vive
vuela
para alumbrar verso en tierra fértil
quizá flor





 
 Escribe como pájaro
que en rama canta
escribe
porque amanecer
le dio voz







A Edu
  
Poema es
la arena mojada pegada a tu cuerpo
que mis dedos recitan,
pausadamente,
a voz ciega




martes, 28 de agosto de 2012

CANTO AL HERMANO PERDIDO





Continuamos revisitando entradas antiguas...


A Miguel






Murió en mi lecho
y como alguien dijo después
aquel día lloraron hasta las piedras

Yo le había prestado mi lecho de hermana
para que no tuviera frío
para que no durmiera solo
para que leyera libros las noches en blanco
Mientras, el agua estriaba las paredes
y la parca acechando desde la ventana
rubricaba su sentencia en el vaho

Tras el ataúd
escrito en la clausura de sus párpados
pude leer
que eternamente tuvo frío
que finalmente murió solo
que habían rasgado el libro de la noche

Hicimos astillas de la cama
prendimos con ellas una hoguera
y avivamos el fuego al oxígeno del llanto
Al amanecer
barrimos las cenizas con la escoba
y oramos un viento que se las llevara
lejos
a algún lugar sin espinas sin miedos
Hay días en los que vuelve a soplar
saturado de humo

viernes, 24 de agosto de 2012

FANTASÍA CON MANO






Tomé tu mano, pajarillo agónico. Todavía caliente, me pareció sentir a través de su plumaje un último latido del corazón, tesoro que desenterró la muerte y se llevó en su regazo. Pensé que quizás allí, donde la muerte habita, reúna la más completa colección de últimos latidos, o postreros alientos.  Tal vez, a una orden, cual director de orquesta los haga música. Ejecutarán entonces una melodía sincopada y pretérita. "El último aliento ¿será nuestro desesperado intento de aferrarnos a la vida, de succionarla, o por el contrario será una bienvenida a la muerte?" Qué diferente del berrido con el que nacemos. En ocasiones me imagino a la vida asustándose y huyendo al escucharnos. Pero cada vez estoy más convencida de que la vida no es amiga del silencio. La muerte sí. Porque el silencio es la partida que la muerte siempre gana.

Contemplé tu mano como la derrota y el cadáver de un ave. Quise hacer para ella con las mías un túmulo, tierra bajo la que reposaría la memoria del gesto, el espectro de la caricia. Yo depositando sobre ella besos como ramos de flores, mi lágrima el rocío adhiriéndose a sus pétalos abiertos al amanecer. Escribiría dolientes elegías a tu mano, y alguna oda también. Las aventuras que junto a tu mano viví en la Florencia en la que nunca estuvimos, o cuando paseamos juntos por las laderas del sueño. Y le hablaría sobre ellas. Le diría “¿recuerdas cuando…?”. Y tu mano nada podría negar, porque ya no tendría voz sino en el eco. Sí, podría hacer todo esto y sentir como tu mano se va adelgazando bajo las mías, desvistiéndose de su carne, hasta que de ella sólo quedara el esqueleto. Me la imagino, como la hoja que se va despojando del limbo, restarse hasta la nervadura, escueta telaraña atestiguando aquello que fue tu mano. “No sé si te conté pero a mí las manos siempre me han parecido hojas de otoño, por eso me gusta alzarlas hacia el sol, y contemplarlas atravesadas de roja luz”.  Y por último, un día sobrevendría esa intuición de que de tu mano ya sólo quedarían cenizas.

Podría hacer esto que digo, pero en cambio prefiero soplar sobre tu mano mientras todavía está caliente. Soplo que conjugue viento bajo sus alas. Que restaure latido al corazón, y torne el estertor en impulso. Desanclar tu mano de la mía para que vuele libre y temblorosa de vida a hilvanarse con la línea del horizonte. Y cuando ella lo desee permitirle regresar a posarse sobre mi mano, y que ésta, simple, sea para ella o rama, o nido.

miércoles, 22 de agosto de 2012

CERTIDUMBRES

 





Ante el espejo
el pelo ensortijado
la mirada miope y cansada
el cuervo de mis sueños aleteándome los ojos
la sonrisa,
mariposa aletargada en la crisálida del labio,
los senos enmarañados,
las piernas, paradas en una afirmación
se tornan al caminar interrogantes,
el sexo
tallado en la piel
con el trazo simple y ancestral del petroglifo
el vientre,
presunción de la curvatura de la tierra
Poso sobre él
la palma abierta de mi diestra
me silencio
me escucho
persigo el movimiento la vibración el latido
que me reconcilie con aquello que sé
es este cuerpo
el que alienta alimenta irriga
su propia muerte
es esta misma carne
la que su cadáver
gesta

lunes, 20 de agosto de 2012

PENSAMIENTOS RIDÍCULOS

Gabriel Ferrier



No sé si es por el calor estival, pero en estos últimos tiempos las musas no me asisten, por lo que de vez en cuando revisito entradas antiguas del blog. Esta que traigo aquí fue el primer poema que publiqué, con algunos retoques...




¿Existe algo más indefenso que un cadáver?

A veces imagino ridículas formas de morir
por ejemplo
doy un traspiés en la ducha
mi cuerpo cae
inerme
al peso de mi carne de piedra
Los senos se descuelgan
cada uno hacia su costado
y los pliegues de mi vientre
imitan al bandoneón de Piazzola

Otras sueño que muero de muerte violenta
una explosión
y mis miembros esparcidos al aliento de la noche
Alguien los recoge
enumera
e introduce en una bolsa negra
no sin que antes un reportero los filme con su cámara
y tras una relación escabrosa y enfatizada
del accidente que me segó la vida
las imágenes de  mi tallo mutilado
ornarán los edenes de la posteridad

En la muerte
¿quién nos defenderá de la televisión?