Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton
Es tu sexo imantado
madriguera de Alicia,
me precipito a su blandura
corriendo tras el conejo blanco
Águilas de vértigo
picotean mis entrañas mientras caigo,
esquilmo ovejas de sueño
intentando a sus paredes sujetarme,
pues sueño es la materia
de la que está hecho
tu sexo-madriguera
-y así pesa-
Tras probar de tu galleta
me agiganto
y ya no encuentro de tu cuerpo la salida
El mundo afuera empequeñece
astillándose en mis oídos un último barrunto de su luz
y presuroso entra el conejo blanco a escena,
cometa extraviado en tu oscuridad sin relojes
se enfrenta a la inmensidad deshojando olvidos
Tu sexo-madriguera me escupe sin piedad
en plena mascarada de sábanas sudadas
Siento cómo mi ser se difumina
mientras en el aire batalla
la satisfecha y ronroneante sonrisa
de esa cabeza que perdí entre tus brazos,
legítima y tiránica reina de corazones
de este cuento