Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


miércoles, 23 de mayo de 2012

LA PARTIDA

La imagen la tomé de aquí Naranja Bleue



Como el sol
atravesando celosías
visto con mi luz
tu piel de sombra
Dos cuerpos ajedrezados
conforman un tablero
por el que se impone
nuestro espíritu combativo,
siempre en guardia
Peones abren el juego
con estrategia de caricias,
las torres secundan
a mandobles de besos,
alfiles avanzan
en oblicuas de deseo,
y caballos cabalgan
con la heroicidad de la sangre
Pero es mi reina
en libertad de movimientos
quien irrumpe
con su talante temerario y belicoso
para cambiar el designio de esta partida
Y ya no retrocederá
a pesar de las heridas
ni del plomo incandescente hendiendo su carne,
hasta que tus ejércitos
caigan en su celada
y al fin derribe victoriosa
a tu absolutista y arrogante
rey negro

lunes, 21 de mayo de 2012

ESTAMPA DE LLUVIA

Imagen sustraída de la red. Desconozco autor. 



He de ser yo, pero hoy llueve puro amor en las calles. Hace calor y el cielo nos sonríe gotas frescas sobre la cara. Me regenero victoriosa como la flor a la que le faltaba un milímetro de sequedad para mustiarse.  De igual modo mis labios inánimes recuperan el color a cada pincelada de tu saliva. A veces parece que vivimos en un mundo de ocres, o de grises, y existen casos de personas que se constituyen en un mundo de sepias. No hay cosa que me cause mayor melancolía que la gente sepia.  Y es curioso, porque de vez en cuando me planteo si la gente sepia en realidad lamentará su situación. Seguramente el hecho de mencionarles esa tristeza que me invade al verles despertaría su hilaridad, y quizás alguna que otra impertinencia. Pero cuando me los encuentro yo sólo deseo que caiga una lluvia como esta de hoy y les dé brillo con su vivo barniz. Del mismo modo tonto con el que acostumbro a dejar caer alguna pregunta de la que no busco respuesta, te cuestiono: ¿qué es lo que la gente teme del agua? Para quitarles el miedo podría escribir que cuando llueve los árboles del cielo se despojan de sus hojas. Gritar que cada charco es la piel del firmamento que se escama. O definir las gotas que golpean el cristal como la luz de las estrellas lejanas, condensada y líquida. Las veo brillar sobre tu pelo y es como si te hubiese coronado una galaxia. A veces también me gusta pensar que esta lluvia que cae llegó hasta mí atravesando océanos, y tiene su origen en lugares lejanos. Quizás esta lluvia que me moja es la misma que hace un tiempo despertó de su sueño a las flores rezagadas en el balcón de mi amiga. O si me apuras quizás es la misma que hace unos días se deslizaba por la nuca del hombre del sueño, y en este preciso momento sobre mi piel prolonga una caricia que se augura más allá del tiempo y de la distancia. Lo que quiero decir-si es que quiero decir algo, porque sencillamente lo único que estoy haciendo es tirar y tirar de uno de esos hilos que a veces cuelgan del aire-es que esta lluvia es puro amor, y que bajo sus húmedas enaguas se circunscriben de igual modo árboles, hombres, gatos y mares.  Y ante mis ojos y en ella veo renovarse ese mundo que a veces es ocre, otras gris, y, lamentablemente, de vez en cuando sepia. Y como por milagro todo es de un intenso y vívido color lluvia. Y, de un modo extraño, todo “es” más…

miércoles, 16 de mayo de 2012

ÁNIMAS

Animas de Nuria Meseguer



Cuando el amor te rompe los dientes
en sus ansias por salir
y despegar
-alguien te hurtó la piel
y la viste
y la camina con un andar
que desconoces-
Cuando son tus alas
las que siembran cielos
y las colinas se apagan
al cerrarse tus ojos
Cuando ya no hay voz
sino en la lluvia
y trastabilla sobre tu cuerpo
la espuma de los mares
Cuando ya no eres en otro lugar
que en ese temblor
que estremece la hierba,
y bailas como hoja tierna
amarrada a la cintura de los vientos
Cuando todos los versos
se resumen en
“querer”
y tu lengua
es un barco a la deriva
en la quimera de atracar
al puerto de su boca
Cuando cada noche
cuentas del corazón
las vértebras
y en el lapso entre dos latidos
acunas una estrella
Es entonces
cuando sin comprender
“sabes”
que ese amor que te desdienta
 es la natural sinergia
entre las cosas vivas

martes, 15 de mayo de 2012

CANCIÓN DEL ALBA


Hoy rescato este poema de hace tiempo para mi Andre, porque cuando lo escribí no sabía que hablaba de ella....







La flor
apenas sabía gran cosa del mundo
Su única certeza
era el peso de aquella gota de rocío
que al alba amanecía sobre sus pétalos

La flor
sabía de amor

lunes, 14 de mayo de 2012

QUIEROS





QUIERO
ese abrazo
que me emparede en tu cuerpo,
hasta dinamitarnos juntos en el goce




QUIERO
practicarle
una endoscopia a tu corazón,
mapear sus úlceras,
-panacea de besos-
fortificarlo a amores





QUIERO
tus lunas
cavando un pozo de luz en mi noche
tus avalanchas
sepultándome a orgasmos bajo las sábanas




ESPEJARNOS

miércoles, 9 de mayo de 2012

PEQUEÑOS DIVERTIMENTOS










POEMA ACCIDENTAL
Dibujé un plano
incluyendo los ángulos muertos de mi vida
uní con un bolígrafo los puntos
y cuál no sería mi sorpresa
cuando de la tinta emergió un corazón
Justo en el centro escribí con buena letra:
“he aquí donde acontece el trauma”




 
POEMA A MI EGO
Fue en el poema
donde me arranqué la piel del grito
y mudé el frontispicio de mi garganta
por las cuerdas vocales de un pájaro





POEMA CURSI
Tengo tanto amor
que lleno con él
valijas de futuro
y les pago el billete para trenes
de los que desconozco el destino
En sueños
una de aquellas valijas
-la que tiene la piel tatuada
con el nombre de los lugares
en los que nunca he estado-
lo encuentra
y él la abre
Un dragoncito verde
se vuela hasta el techo
del vagón
y comienza a llover
flores de almendro
sobre su cara




martes, 8 de mayo de 2012

CADENA DE FRÍO





¿Quién recoge los besos marchitos,
aquellos que maduran demasiado tiempo
en el árbol de la boca?
No permitas que mi caricia se vuelva otoño
-te dije mientras partías-
ni que mi voz se desnude
hasta el silencio
En los meses siguientes
amortajé mi cuerpo en tu ausencia
y prendí unos cirios aromáticos
para camuflar el hedor putrefacto de esta espera
No quise creer a aquellos que me advirtieron
“el amor tiene fecha de caducidad”
Hasta que encontré mi corazón en la nevera
cubierto de verde moho,
bajo la escarcha,
y con el día de hoy
inscripto al dorso