Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.

Juan Ramón Jiménez


miércoles, 29 de febrero de 2012

EL COSMOS DE AXIS, MI COSMOS, NUESTRO COSMOCITO...

Fotografía de Axis




A la maravillosa Andrea 
con todo el cariño que soy capaz de reubicar en palabras






Ella me ofrece el primer brote del cosmos, y yo me entretengo, con los ojos vueltos hacia mí-hacia ella-deletreando esta palabra. La saboreo, despacito, tanteo el intersticio, cimbreo mi lengua por sus afiladas aristas, la aplasto impunemente contra el paladar. Espuma del mar en la boca, efervescente, embravecida, jabonosa. Es la palabra la que germina de inmediato en el jardín de mi corazón.  Y ya sueño con el primer brote de su cosmos naranja. Lo sueño anunciación, presagio irrevocable de un big bang floral.  Cosmos medular y atávico. ¿Qué sonido hace el cosmos cuando brota? Será como un descorche, o el estallar de un beso, o el gemido del goce de un ángel. También me lo imagino como la risa tierna de ella, cuando mientras hablamos me dice que “se descostilla”.  No sé si se da cuenta pero me conmueve al regalarme el pálpito de esa vida que nace de sus manos. Esa flor atesora sus cuidados, su oficio, su modo singular de hacer magia. Ella no lo dice, pero creo que tiene un arco iris viviendo en su balcón. Se paró entre sus plantas un día de lluvia, y ya no quiso marcharse a ese lugar donde nacen los arco iris. O quizás, al mirarla a los ojos se le olvidó el camino. Y entonces pienso en una historia, que quizás algún día llegue a escribir: la de la mujer a la que amó un arco iris.

Y ya ven, yo he sido la agraciada con la primera flor de ese cosmos al que nunca habré de tocar, ni oler. No convertiré sobre él, en rocío la sal de mis lágrimas-¿es el rocío la lágrima de la flor? ¿al abrirse las flores, del mismo modo que los seres humanos, lloran?- , ni veré como se regocija exultante bajo el agua de la lluvia. Pero no por ello es para mí menos cosmos. Como tampoco es menos amor el que siento por aquel otro hombre con el que nunca compartiré mi vida. La única diferencia es que tanto ella como nuestro cosmos, al contrario de lo que ocurre con ese amor, carecen de filo.

Ahora pienso que toda mujer es un jardín. Pero pocas mujeres son capaces de derramar ese jardín sobre el mundo. Ella lo es(de un modo que ni ella misma imagina)….








domingo, 26 de febrero de 2012

EN LAS RAMAS

Desconozco la autoría de la imagen



Jugábamos juntos a regresar  a los árboles. Trepamos a sus ramas y obviamos la ventaja que nos concede el dedo prensil. Oteábamos la primavera y siempre éramos los primeros en sentirla llegar. El aire que trae a la primavera huele distinto, y era nuestro olfato el que nos advertía de su presencia. La recibíamos golpeándonos el pecho y propinándole al cielo alaridos de júbilo. Rechazamos el lenguaje que heredamos de nuestros padres. Nos comunicábamos a través de sonidos guturales, voces inarticuladas. Para decir “te amo”, llevabas mi mano hasta tu corazón, y la obsequiabas con un cálido latido. Para decir “te deseo” toda la humedad subía a tus ojos y yo podía ver tu vulnerabilidad en un fondo de sal. Igual que pájaros acompasábamos los movimientos de nuestros cuerpos al mecerse de las ramas en el regazo del viento. Hacíamos el amor en consonancia con la naturaleza. Desaprendimos el transcurrir del tiempo. Y cuando por fin lo logramos nos dimos cuenta de que no existe diferencia entre un instante y la eternidad. La noche siempre sucede al día, y el día siempre sucede a la noche. Qué sentido hierático puede tener medir esta alternancia. La vida es un constante deambular entre el surgimiento y la aniquilación. Todos somos como flores que se abren al sol y se mueren con la helada. Quizás por ello polinizábamos de caricias los rincones del otro, hasta los más recónditos y los prohibidos. Con el tiempo perdimos el miedo a caernos que nos atormentaba en un principio-no dolería la caída de aquellos cuerpos sembrados de pétalos-. Cuando eso ocurrió nos volvimos ingrávidos, y comenzamos a cantarle al alba como si fuéramos pájaros. Aparte del lenguaje que nos habían enseñado, también olvidamos el origen de las cosas, e inventamos un nuevo génesis. Cada estrella del cielo era concebida por nosotros durante el orgasmo. Nuestros gritos alzándose en la noche las colocaban con dedos cuidadosos en el lugar correspondiente. Nadie podría decir que las formas de las constelaciones no fueran aquellas que nosotros antes hubiéramos soñado. De nuestras sonrisas se escapaban mariposas. El tronco del árbol en el que vivíamos a veces aparecía cubierto de ellas. Nada poseíamos aparte de la piel, y aquello era suficiente. En la piel suceden todos los milagros. Incluso la piel se hace música cuando cae sobre ella la lluvia. Y a veces, el uno en el otro éramos sólo eso, música lloviendo en el silencio.
Pero un día, no sé ni cómo, ni por qué razón, nos encontramos con que habíamos bajado del árbol. No resultó desagradable el tacto de la hierba bajo nuestros pies, pero después sucedió que el camino que anduvimos estaba lleno de piedras. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, caían hasta el suelo, e iban a sumarse al número de piedras. Me tomaste de la muñeca, y  yo sentí un escalofrío al comprobar que me estabas asiendo con tu dedo prensil. Entonces supe que no habría un retorno juntos al árbol. Porque cuando quise hablar me percaté de que me faltaban palabras para decirte aquello que siempre te había dicho de un modo tan sencillo. Porque nuestro lenguaje siempre había sido un hilo partiendo de mí para ti, y de ti para mí. Y al bajar del árbol el hilo se había roto, y de nuevo las palabras se hicieron necesarias. Así que cayeron a nuestros pies, como plomo, las hermosas alas que habían brotado a nuestros costados. Y volvimos a ser parte de aquel desatino llamado humanidad. El mar sin olas donde se diluyen las personas. Y quise gritar, pero los gritos nacían en la garganta y no en la entraña. Y entonces tiré con fuerza y desanudé mi muñeca de tu dedo prensil. Corrí y corrí e ignorando tus gritos trepé de nuevo al árbol. Estuviste al pie, noche tras noche. Argumentando con millones de insuficientes palabras los motivos que había para que yo bajara. Pero me di cuenta de que el motivo fundamental lo habías olvidado, pues en ningún momento hiciste el ademán de subirte. Por lo que a la primera jornada de lluvia te fuiste para no volver. Desde aquel momento continúo sola en el árbol, tratando de desaprender las marcas que dejaron en mis talones las piedras del camino. Preguntándome por qué alguna vez los hombres bajaron de las ramas de las árboles para comenzar a caminar sobre dos patas. Bien podrían haberse quedado sobre ellas, mirando la noche, y esperar el momento en el que brotasen de nuevo las alas que se esconden en sus costados, para echarse a volar. Y mientras esperan acompasar sus cuerpos al balanceo de las ramas en el regazo del viento, y soñarse pájaros.



viernes, 24 de febrero de 2012

BOCAS EN LA NOCHE

Tomé la imagen de aquí ART SHAPE IV pero desconozco autoría









La noche se llena de bocas
germinadas de deseo
bocas succionadoras
bocas omnívoras
lenguas amorosas entre afilados dientes
Hay un sexo crudo
soñando peces
que resbalan a un mar de lodo,
hay un motín a bordo de los cuerpos
Alguien guardó una verdad dentro de un pozo
Tu ojo sensible
cae hasta la negrura
y estalla en lágrimas blancas,
nuestras pieles refulgen
la noche plagada de bocas,
del interior
hasta la periferia
carnes en diáspora
Sí,
esta noche tiembla de bocas
y los cielos gotean saliva
Ponle de nuevo voz a mi fuego
una voz inarticulada,
una voz inmaculada
y legítima como un silencio
Tu sexo al aire
reintegra a la atmósfera
mi crudo sexo tapado,
-escondido, no se curte
 sexo tierno abriéndose en flor-
e inunda la oquedad del pozo
La verdad emerge flotando
y nos ahoga
en un mar blanco
También
blanco es
el silencio mortuorio de esas bocas
que se cierran
al final de la noche

jueves, 23 de febrero de 2012

LA GEISHA DE LARA PINTOS

Pintura de LARA PINTOS





Gracias de nuevo a Susana y a Lara




Os dejo aquí uno de los poemas que escribí para las pinturas de Lara. Como la entrada que le dediqué era bastante larga, creo que mucha gente la habrá pasado de largo...




Volátil
camina la geisha
sobre sus diminutos pies
azules de tradición
y misterio
Hermética
la boca roja
-atesora un silencio de grullas de papel-
inalcanzable
como la línea del horizonte
El mirar de la geisha
atraviesa
el blanco corazón del agua,
-livianas navegan flores de té
desposeídas de su ancestral secreto-
Ella es
figura de ensueño
que jamás sueña,
palabra
entre nieblas
pronunciada

miércoles, 22 de febrero de 2012

COSAS QUE SABEMOS PERO A VECES OLVIDAMOS

Imagen: Barbara Bezina






La gente grita demasiado
para hacerse oír
en el fragor de una tormenta
Olvidan la esterilidad
de la palabra que nace en la garganta
Sólo aquella que emerge de la sangre
es capaz de cincelarse en voz
Así ocurre con el clamor de las olas
y la canción del pájaro
Pon la mano sobre mi pecho
aquí
en el lado izquierdo
y sabrás de qué te hablo




TE AMO

Emitir dos palabras,
oír un sonido
como un chocar de piedras
y dar comienzo a un fuego


lunes, 20 de febrero de 2012

DESTINO FALLIDO

Imagen: Alejandro Obregón






Y en el silencio de la noche
damos vida a dragones
con nuestro aliento
-deshojamos desnudez
en flores de aire-
Prisioneros de la sangre
militantes de un presente
que llega con el corazón atravesado
cauterizamos la herida en la hoguera de un beso
y nos negamos a abandonar las reliquias
de un amor
que nació mártir

viernes, 17 de febrero de 2012

IMPERIALISMO DEL YO

Imagen: Nan Goldin





El goce
hasta nuestra completa disolución
en él

De nuevo nacer
apenas un párpado que se abre
para descerrajar la luz

Ser
-no más-
en las conjeturas del cuerpo:
sábana blanca lamiendo mi seno
sexo húmedo enfriándose entre las piernas
un dolor delator en las nalgas

En la mano
un dedo combativo
se niega a desgarrarse de tu tacto
-de izquierda a derecha-
resiste
-centinela-
en seis centímetros de espalda

hasta que de nuevo se divisa
al yo
autócrata
que entre restos placentarios
viene a someter mis sentidos
bajo su incontestable yugo