Pienso “la luz cae sobre las cosas”, pero enseguida
rectifico. No es que la luz caiga, sino que hoy “la luz se arroja sobre las
cosas”. Y esa clarividencia, ese vértigo que la luz trasplanta con delicada
mano (la luz siempre es delicada, mimosa, tierna… incluso en el haz que nos
ciega)de su pecho a nuestro pecho, es el milagro que mensura el instante. El
instante…esa arritmia en las manecillas del reloj.
Blog sobre libros donde voy dejando mis lecturas de poesía, novela y cualquier texto literario que me haya interesado, para extender la conversación que mantenemos con los libros durante la lectura.
Eres igual a ti, y desigual, lo mismo que los azules del cielo.
Juan Ramón Jiménez
jueves, 17 de septiembre de 2015
miércoles, 9 de septiembre de 2015
ESCUCHAS II
El sonido de los grillos es cosa de las noches de la
infancia, porque en realidad creo que jamás volvemos a escuchar a otros
grillos, sino que los que hoy cantan rozando sus patitas, la una contra la otra,
son los mismos grillos de cuando éramos niños. Esto sucede a menudo con la escucha. Ciertas
voces como la de la lluvia contra el cristal, o el rumor de la caracola sobre
la que colocamos la oreja, suceden siempre enla niñez. Son como esas
estrellas que contemplamos en el cielo pero que quizás ya no existen. Una luz
que viaja desde atravesando el pasado hasta nuestro asombro. Ha de ser que el asombro no
madura, que jamás se hace adulto. El asombro o es niño, o no es.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)